De los terrores de la noche, que perturban
el sueño de los hombres, surge el azote de los débiles, un ser de mil nombres.
Un demonio, del infierno expulsado por
lujuria,
Distorsiona la realidad bajo la caricia la Luna.
Distorsiona la realidad bajo la caricia la Luna.
Alimaña del averno, de mirada lasciva,
delirante cuerpo de pecado, que la misma muerte esquiva.
De las ruinas de mi alma, buscas saciar tu
gula, para liberar lasciva, los encantos de la burla, atrapando en tus garras,
el corazón herido del ingenuo que no quiso ver, la frontera de lo prohibido.
Sucubo infame, destructor de recuerdos
infantiles, adorador de promesas inútiles, de palabras susceptibles.
La alianza de los nombres que conquistaron
el silencio, ofrecen en sacrificio, los placeres de la carne, el grito de los
muertos y el oráculo divino.
El Trovador de las Tinieblas.
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